Llevo casi dos semanas con el folio en blanco para este artículo. Escribir, de esta forma, Necesita, como todo en la vida, algo de constancia. Además, este folio no cuenta con la ayuda que actualmente nos prestan las redes sociales, no hay nadie preguntándome al otro lado de la pantalla “¿Qué estás pensando?” o “¿qué está pasando?” y es eso mismo lo que me hace volver siempre al folio en blanco.
Realmente sí que hay algo que me empuja a escribir. Continuamente pasan hechos que son reseñables en estos pequeños artículos como el que esta vez llega con retraso. Pero se dan al día tantísimas opiniones que cada vez cuesta más ser original o buscar el ángulo de la opinión que todavía no se ha dado.
Por eso, entre otros detalles, ando con este “síndrome del folio en blanco”.
En los últimos días, casi a partir de la publicación del artículo anterior, he andado conviviendo con una tremenda paradoja. A la vez, todo me parecía digno de formar parte de estas líneas y nada me parecía bien, agrandando de esta forma la bola de nieve que me atrapa cada vez que debo empezar el siguiente artículo.
Como decía en las primeras líneas, esto de escribir con frecuencia y con un mínimo de calidad es un ejercicio constante que poco a poco estoy retomando. No son otra cosa estos artículos de los últimos meses que una lenta vuelta a escribir más de seguido, retomar mis inicios en este medio, con un poco más de pasión y de experiencia, pasado por el filtro de los años y del cariño que poco a poco le he cogido a esto de escribir, sea en estos pequeños artículos o en los poemas que de vez en cuando salen publicados, como en “Una Cuestión de Carácter” que tantas alegrías me ha dado, o en los que pronto quiero empezar a escribir, pensando, esta vez sí, en su publicación desde su misma génesis.
De todo esto nacen los problemas que actualmente tengo para enfrentarme a este reto continuo de plasmar en palabras eso que se respira en la sociedad a cada momento, o como aquel documental “En el Mundo a cada rato”. Prácticamente en los últimos años he estado escribiendo continuamente temas y supuestos para las oposiciones de primaria y, aunque debería haber levantado la cabeza y seguir escribiendo en esta “Palabra que no cesa” decidí parar y ahora como ven, retomo este trabajo orfebre, este trabajo mimado de completar cada cierto tiempo una cantidad de palabras expresando lo que en cada momento sienta, reflexione, o simplemente me apetezca hablar.
De esta manera me decido a volver a contar y a reflexionar con vosotros. A veces daré con la tecla de por dónde os pueda acompañar con algunas ideas, otras, textualizaré algunas palabras que quedarán como un eco entre la ingente cantidad que se vierten cada día.
Por todo, perdón y gracias.
Aunque vendrán pronto las vacaciones de este medio, seguiré escribiendo para llegar a septiembre al tono con el que me despedí la última vez, por vosotros, por mí y por seguir compartiendo con vosotros este pedacito de mundo que es un folio en blanco.