La vorágine marca, en no pocos ámbitos, nuestros días. Días de polarización social. Mientras más polarizada (alterada) está la ciudadanía, mejor les va a unas pocas manos con mucho poder. “Divide y vencerás”, “Divide y te seguirán más”, “Divide y venderás más”, “Divide y ganarás (más dinero, más audiencia, más votos)”… Lemas para dividir a la mayoría social (o sea, para dividirnos) mientras la minoría noble ríe a carcajadas. “Divide y, gracias a la polarización, se hablará de lo ‘urgente’, pero no necesariamente de lo importante”. Es decir, se callará, por ejemplo, acerca de por qué hay una minoría privilegiada gracias a que muchos/as pasen fatiguitas para poder comer. “Divide”…
Las inminentes elecciones generales en España son espacio propicio para seguir dividiendo a la población mediante sofisticados despliegues de noticias fake, desinformaciones virales en redes (¿a que tu WhatsApp recibe de todo estos días?), veneno ladrado por ciertos youtubers influyentes, manipulaciones inyectando odio, y, por todo ello, redoble de esfuerzo entre quienes intentan informar sin engañar. Los datos (fiables, contrastables) parecen importar poco. Chungo para la sociedad, pero ideal para que el encabronamiento generalizado apuntale lo anterior: la mayoría vive con lo justito (empleos dependientes, condiciones precarias, hipotecas abusivas, enfrentados entre nosotros/as, servicios públicos atacados…) y, mientras, un grupito de amos se reparte plusvalías y brinda a nuestra costa. Porque interesa. Interesa agrandar el escenario y su histriónica obra de teatro. Es ‘lo que toca’. No hay elección. Supuestamente…
Sin embargo, sí hay alternativas a tan macabro escenario: no rehuir la realidad (la indiferencia siempre beneficia a los mismos) pero sí intentar bajar el volumen de los gritos, restar atractivo al fango, mandar el violento e interesado ruido a tomar viento, no (solo) contrarrestar el relato impuesto, sino (sobre todo) proponer otro relato, uno que sí represente las necesidades de la mayoría social. El sosiego y la escucha no están reñidos con actuar con convicción. Para nada. Es proceder con reaño por algo que te hierve, pero primando la sesera. Con corazón y coherencia. Sin equidistancia (es dañina). Tirando de argumento. Y no callando.
No callando… Todo lo anterior sirve de marco para entender por qué hoy, ante determinados asuntos, no vale callar. ¿Es lícito (callar) y ‘pasar de to’? Sí, claro, pero también es poco ético. Digan lo que digan. Hay circunstancias y momentos que demandan defender ideas de manera radical (no se escandalice nadie: sea aquí la acepción del adjetivo referida a poner el foco en la raíz de algo); ser coherente con lo que se piensa/se siente; no quedar indiferente cuando indigna la injusticia. Suceda en tu casa, en tu pueblo, en tu comunidad o en ‘x’ rincón del mundo. Y por eso, este triple artículo: a estas líneas no les apetece callar ante asuntos que estos días caen en boca de todos, ni ante otros que caen en el silencio (también de casi todos). Hoy, primera parte del carrusel temático: Morón y Andalucía.
La lucha del SAD de Morón no ha acabado:
Las trabajadoras/es del Servicio de Ayuda a Domicilio están cansadas, dolidas, ¡pero no bajan los brazos! Necesitan nuestro apoyo, más que nunca. Abandonarlas y darles la espalda sería indecente. ¿Esperaremos a que algún día se las homenajee para reconocer lo que están haciendo? Su lucha en el presente merece nuestro apoyo en el presente. (Pregunten a familias usuarias del Servicio. Verán la importancia de municipalizarlo). Es muy fuerte que en 2023, y tras años de lucha, deban seguir plantando cara al equipo gobernante del Ayuntamiento (PSOE), el cual insiste en “informes contrarios que desaconsejan” gestionarlo desde lo público (eso sí, mantiene asignaciones económicas altísimas para el Ayto., con escasas ‘reducciones’ de gasto). Misma excusa del PP, nuevo partido que lidera la oposición (pero, de dicha formación, ¿qué esperar en gestión de servicios públicos?). Como si esos informes fueran definitivos, intocables…
Las trabajadoras/es del SAD están exhaustas, no merecen lo que les está pasando. Anhelan descansar, recuperar normalidad en sus vidas, condiciones laborales estables, con tiempo para sus familias. Mediados de julio es la nueva fecha de la esperanza para que todo quede resuelto. Pero, tras tantas palabras dadas y no cumplidas… Las últimas semanas, y bajo fuertes calores, salieron a visibilizar su causa a: la Alameda, la rotonda del Bar Moral, la de la gasolinera Cepsa, continúan con encierros parciales en el Ayto… ¡Gente muy grande! No pararán hasta lograr lo reivindicado: empleos no subcontratados por buitres privatizadores (ansiosos de beneficios) y seguridad para las necesidades de las personas dependientes y usuarias del Servicio. En el Ayto., más de uno/a tapa su rostro avergonzado. Que no nos pase a nosotros/as: no abandonemos la lucha del SAD.
La Base, silenciado apeadero aéreo de peligros nucleares:
Desde hace meses (¿años?), hay bombarderos B-52 (mastodontes bélicos) con capacidad nuclear apostados a las afueras de Morón. ‘Para cuando sean necesarios’. Sin reconocerlo nadie. De hacerlo, buena parte del pueblo gritaría al día siguiente NO a la Base (o la OTAN, o a la guerra). Incluso más de un no antimilitarista. Porque las armas y/o cargamentos nucleares ya acojonan más. Pero desde arriba se opta por el “chitón to er mundo” y el “celebren jornadas de puertas abiertas para ver piruetas voladoras y fotografiarse con héroes patriotas”. ¿Para despistar? No, por lo que sea. El economista local Óscar Gª Jurado lo resume bien. (También, a más amplia escala, en otros textos).
Posdata: Habrá quien siga viendo normal este asunto. Incluso quien lo vea bien… Es El mundo al revés, que diría (y al que escribió) el gran Eduardo Galeano.
Torreblanca y otros barrios, hartos de la dejadez de las eléctricas:
Hartos del olvido. Un verano más, y durante varias horas cada día, muchos vecinos de barrios desfavorecidos, y cuya energía es provista por megaempresas de renombre, se quedan sin luz. Es el caso de este barrio sevillano con Endesa. ¿La respuesta (excusa) de la compañía? La de siempre: “Tenemos allí instalada más energía de la contratada, pero los narco-pisos se enganchan y dejan al barrio entero sin luz”. Ea, echando balones fuera y aquí no pasa na. ¿En serio? ¿Siempre en los mismos sitios, donde viven tantas familias vulnerables? ¿Siempre donde es gente con bolsillos menos boyantes la que necesita encender el aire acondicionado (o aparatos sanitarios, o la vitro, o el frigorífico, o una bombilla, o la calefacción en invierno…)? ¿Hasta dónde y hasta cuándo el abuso?
Con Moreno Bonilla, más y más ventajas fiscales para los ricos:
Pero arrasa en popularidad. Es lo que hay. Hace poco conocimos que el gobierno del “afable” y “moderado” presidente de la Junta (términos repetidos en las tertulias de RTVA) continúa ampliando ventajas fiscales para los más ricos (en Andalucía, la comunidad con más barrios pobres de toda España; aunque eso viene de lejos). Más del 95% del aumento de los beneficios fiscales son destinados al 2% de la población, y menos del 5%, al 98% restante. Voilà. Más que de redistribuir riquezas para el bienestar común, la Junta es de privatizar y redistribuir propiedades y parneles para el bienestar privilegiado. (Eso sí, con “libertad” y “nuevo andalucismo”). Pues bien, buena parte de ese 95% de la población aplaude a la Junta, aunque recorte en ambulatorios, colegios y otros entes de lo público, y reparta los beneficios entre el 5%, los der taco gordo. (En Andalucía no nos gusta que se rían de nosotras. Pero, a veces, lo parece). Después, que si “todos son iguales”, que si “todos buscan enchufes tras la política”… No, no todos son iguales. Y ojo a lo que viene en 2024 y sus consecuencias para nuestra tierra…
Posdata: Moreno Bonilla, más allá de palabras bonitas, no está haciendo nada por la gente que más lo necesita, aquella a la que el sistema ahoga. Pero la crítica no debe caer solo en el actual San Telmo: buena parte de esa gente desencantada ya fue también desoída durante las décadas de Junta regida por el PSOE. Tanto monta…
Doñana se muere. O, mejor dicho, la están matando:
Doñana sufre el acelerón del Cambio Climático. Pero a Doñana también le clavan pullas, desangrándola poco a poco, desaguándola. Unos la matan por su afán de legalizar (incluso subvencionar) los regadíos ilegales que secan el entorno desde hace ya demasiado, infringiéndole agonía, con tal de sacar dinero (aunque la hucha esté ya a punto de reventar). También la matan al desprestigiar los gritos de socorro de la comunidad científica y al aducir que “es ideología” lo que hay tras su “supuesta” defensa del enclave. Y otros la matan por inacción o desinterés, que es complicidad. ¿Tan difícil resulta ver lo que sucede? ¿Tanto cuesta entender la importancia de Doñana para la Vida en Andalucía? ¿Tanto cuesta comprender que detener cuanto antes la explotación y extracción descontrolada de recursos naturales es clave para los seres, las gentes y los propios entornos en una tierra como Andalucía? ¿En serio sigue colando hoy en día lo de “la economía” (capitalista) “ha de ser lo primero”?
Una vez más: ¡hay alternativas! Pero sin implicación ciudadana, poca esperanza cabe. El estercolero -material(ista) y moral- provocado por la avaricia desmedida nos llega ya hasta el cuello. Extraer fuentes naturales a lo bestia, producir a mansalva y creernos que en el consumir sin medida está el paraíso, está poniendo ante nuestras narices el colapso energético. (Parece que nos cuesta ver lo evidente). Pero, sí, hay alternativas. Carlos Taibo (lean y escuchen de él cuanto puedan, como también de Silvia Federici o Antonio Turiel) lo explica en este episodio: Imaginen un enclave en Sudamérica, habitado por indígenas. Un día, son visitados por ‘avanzados’ europeos, quienes les regalan navajas de alta tecnología para cortar más rápidamente los ramales que los primeros emplean para producir bienes y, también, para comerciar. Al cabo de un tiempo, y como con las nuevas herramientas producían el resultado de su trabajo 10 veces más rápido, les preguntaron (creyendo saber la respuesta): “Ahora podréis producir mucho más en el mismo tiempo y, así, vender y ganar mucho más, ¿verdad?”. A lo que los indígenas contestaron: “No. Ahora produciremos lo mismo que antes pero empleando menos tiempo. Así tendremos más tiempo libre para cuanto deseamos hacer”. Inteligencia natural. ¿Qué pensamiento resulta más lógico con uno mismo y con la comunidad que te rodea, además de más respetuoso con el conocimiento del entorno? Yo lo tengo claro: crecer pasa por decrecer en el actual ritmo de consumo.
Posdata: Esta visión urge en Andalucía. La economía social y la convivencia colectivista, además de ser alternativas a lo impuesto, son posibles. La Vida ha de primar sobre la acumulación de lo material. Y Doñana, el litoral, los campos, los cultivos no intensivos y otras realidades de nuestra tierra lo piden a gritos.
Hasta aquí, la parte I. En la II (mañana) y la III (pasado) seguirá el carrusel, tratando de surcar el mismo rumbo, pero, en esos casos, saliendo también de nuestra tierra para apuntar más a norte y sur (y a este y oeste). Y, desde luego, no callando acerca de situaciones o perspectivas que merecen salir de la sombría caverna.