La plantilla de trabajadoras de Ayuda a Domicilio continúa encerrada en el Ayuntamiento de Morón de la Frontera: el incumplimiento de los plazos prometidos para asumir la remunicipalización del servicio es vergonzante. La ola de calor hace más urgente que nunca una solución.
Ojalá sobreviniese una ola de calor humano que generase montañas de empatía entre los gobernantes municipales. A vosotros me dirijo. Posiblemente llegará el día en que necesitéis los servicios de este colectivo (si es que no ha llegado ya, lo desconozco).
Y entonces quizás sintáis (si es que no lo estáis sintiendo ya, lo desconozco) que pudisteis haber hecho muchísimo más de lo que habéis hecho. Pero muchísimo más.
Va por ti, mujer del SAD,
que bajo tus delantales
nos cobijas de la lluvia
cuando vienen temporales…
Porque mientras te clavaron
puñales de indiferencia
prodigaste con paciencia
la atención que te negaron.
Nuestros ancianos probaron
el sabor de tu caricia
mientras toda la inmundicia
del mundo se acumulaba
en aquel que se negaba
a tratarte con justicia.
Como Antígonas feroces
plantáis cara a la traidora
calaña que en mala hora
como mula que da coces
os dedicó sus atroces
mentiras, promesas vanas
de una estirpe charlatana
que a la ayuda a domicilio
le está negando el auxilio
incumpliendo su palabra.
Más de cien días de encierro
(por no decir de encerrona)
mientras se tocan la nona
y provocan tu destierro
los ruines testaferros
que por mor del capital
van procurando tu mal:
políticos arrogantes
que debieron ser garantes
de tu lucha laboral.
Va por ti, mujer del SAD,
que bajo tus delantales
nos cobijas de la lluvia
cuando vienen temporales…