Numerosos estudios revelan que las críticas constantes tienen un efecto negativo en nuestros hijos e hijas, pudiendo tener efectos a corto y a largo plazo, tanto en aspectos emocionales como sociales.
Una investigación del equipo de Neurociencia de la Universidad de Binghamton, de Nueva York, concluyó que hacer juicios o críticas negativas en los menores de forma constante puede llegar a afectar a las zonas cerebrales relacionadas con la comprensión de las emociones de los demás. Esto tendría un impacto, sigue el estudio, en la capacidad para socializar, hacer amistades y enfrentarse a los retos sociales y emocionales de la vida diaria. Del mismo modo, este estudio concluye, que se descubrió que lo hijos con padres fuertemente críticos, que fueron parte de la investigación, prestaban menos importancia a las emociones de los rostros, afectando a la capacidad de distinguir entre gestos de empatía y rechazo.
Si nos paramos a pensar en las consecuencias que esto último puede tener en nuestros niños y niñas nos daremos cuenta de cómo podemos llegar a influir, como padres o madres, en el desarrollo psicoemocional de nuestros niños y niñas.
Como he dicho en artículos anteriores, no existe una “buena” o “mala” forma de educar a nuestros niños/as, pero si una serie de conductas que pueden llegar a provocar ciertas dificultades en su desarrollo psicosocial. Remarcando siempre, que cada niño/a aprende de forma diferente, aunque vivan patrones educacionales similares.
Llegados a este punto, me gustaría resaltar ciertas consecuencias que podemos provocar en nuestros niños/as con una crítica constante, así como estrategias para mejorar aspectos como su autoestima y autoconcepto.
- Baja autoestima. Relacionada con interpretaciones y creencias de una peor valía en relación al resto, en determinados aspectos, ya sean físicos, académicos y/o sociales.
- Sentimiento de incomprensión por parte de los padres, que viene relacionada por el alto volumen de críticas negativas y la escasez o falta de elogios.
- Búsqueda de aprobación. La falta de aprobación y reconociendo en el hogar puede provocar que el niño o la niña intente buscar la aprobación fuera del mismo con el riesgo de caer en conductas de riesgo entre iguales con el fin de conseguir dicha aprobación.
- Se siente herido/a. Depende qué palabras pueden herir fácilmente a un niño o una niña, y si esas heridas son frecuentes y constantes, el daño puede ser más difícil de tratar y más duradero.
- Reforzamos la envidia y el celo. Muchos de estos estudios concluyen que los niños y niñas que sufren más frecuentemente críticas negativas de forma reiterada, son más propensos a desarrollar conductas de celo y/o envidia.
Por último, resaltar algunas estrategias generales para fomentar y fortalecer la autoestima, teniendo en cuenta que ésta se puede llegar a resentir por diferentes motivos, no exclusivamente por el tema que nos ocupa hoy. Dicho esto:
- Valora sus esfuerzos por pequeños que sean, pues lo está intentando.
- No lo/la compares con otros, pues cada niño/a es diferente y único/a.
- Si hace algo mal, no lo etiquetes. Márcale el camino de la conducta deseada o esperada.
- Anímalo/a a hacer cosas nuevas, a explorar y marcarse nuevos retos.
- Dale amor incondicional, pues su seguridad incrementará al saber que lo quieres o la quieres tal y cómo es.
Y recuerda “En tu interior está tu grandeza, déjala salir. Cuéntale al mundo de lo que eres capaz”.